Yo soy tan original
que crezco hacia abajo,
que crezco hacia arriba,
que en el verano me visto
y en invierno me desnudo
sin dar nunca un estornudo.
Verde y dura,
negra y madura.
Tanto cariño le tomas
que antes de echarla a la olla
cuando la despides, lloras.
Unas son verdes,
otras amarillas
y otras moradas;
todas distintas
y todas hermanas.
Bien pequeña que es
pero pica y calienta
a la vez
Con trajes de presidiarias
bien prisioneras están
y luego descamisadas
se las llevan a prensar.
Tiene este algo
el don
de ser planta,
de ser fibra,
de ser blanco,
de empapar y de limpiar.
Toda esta retahila
a ver si la hilas.
Adivina, adivina.
Entre espinas se me encuentra,
de flor paso a verde y roja.
Sólo gusto si estoy negra.
¡Cuidado! Pincho a quien toca.
Un pimiento
chiquitillo
de sabor
endiabladillo.
Una muerta respondona
que enterrada va y se estira,
algo "pa" bajo, mucho "pa" arriba.
Verde nació,
rojo se volvió;
esto lo mató.
En sólo un año
la he visto joven,
la he visto vieja,
la he visto verde,
la he visto seca
y he visto que corría
aún después de que moría.
Cabeza con dientes,
ella no te come a ti,
pero tú a ella sí.
En el campo hermoso
de vuestro jardín
entre tantas flores
escógeme a mí.
Y si no me encuentras,
tras mucho buscar,
mira el acertijo;
la clave él te da.
Aunque mi nombre
es de flor
también se lo ponen
a algún señor.
Col parece
y flor también
para adivinarla
únelas bien.
¡Mira si es curiosa
esta planta,
que va y se mete
por mi ventana!
"Enpiñonao" de soldados
de uniformes colorados,
no tienen pies ni cabeza,
en filas bien apretados
y en redonda fortaleza
protegida de corteza.